En pleno siglo XXI partimos de una posición de desventaja desde el minuto 0, solo por el mero hecho de nacer mujeres. Por este motivo, nuestra lucha debe ser una lucha común, una lucha de todos en la que hemos de sumar fuerzas para avanzar hacia una igualdad real entre los derechos de  mujeres y hombres. No podemos perder el 50 % del talento de nuestra sociedad, debiendo buscar de forma constante la igualdad de oportunidades entre todos, desde la dificultad de conciliar nuestra vida laboral y familiar, como combatir la brecha salarial.

Nuestra lucha no se puede basar en patrimonializar la defensa de la mujer, no se trata de victimizarnos sino de abordar las causas que dejan latentes que existen tasas y situaciones desproporcionadas en nuestra vida cotidiana que ponen de manifiesto la desigualdad entre hombres y mujeres.

Las reivindicaciones no se pueden parcelar en los espacios políticos, con una connotación ideológica con el fin de primar el interés político a nuestro interés general, por eso siempre lo reitero: pertenezco a un partido en el que no se abanderan temas que deben ser de consenso y de unión, porque es más lo que nos une que lo que nos separa.

El feminismo tiene como objetivo principal de igualdad de derechos de la mujer y el hombre, busca la pluralidad, busca la suma y esto a veces es difícilmente compatible en el momento que otros imponen su pensamiento separatista o antiglobalización con el fin de patrimonializar una cuestión de todos.

Por eso aquellos que estamos en las instituciones tenemos que tener un compromiso añadido y realizar políticas y dotar de herramientas que faciliten las condiciones hacia la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Actualmente, existe una inacción por parte del Govern de la Generalitat en las políticas de mujeres, sus energías y recursos estaban destinados a otras cuestiones, por eso aquellos que tenemos representación tenemos que trabajar para realizar medidas con un impacto positivo.

Tenemos un compromiso firme con la igualdad, y este compromiso se materializa con medidas concretas para fomentar la igualdad efectiva y real entre hombres y mujeres desde nuestra entrada en algunas instituciones como la ampliación de 2 semanas más de permisos de paternidad, las ayudas que van a poder disfrutar las madres autónomas o nuestra petición de aumentar 5 semanas en total el permiso de paternidad.

Queda mucho por hacer, pero es una lucha en común.