Pasan escasos minutos de las 10 de la mañana. En una jornada habitual, las 10 de la mañana se podría considerar que es una hora tardía, pero cuando el reloj marca esa hora un domingo por la mañana la cosa cambia…y mucho. A las 10 de la mañana, un domingo los peatones son muy diversos y distintos. A esas horas te puedes encontrar en un mismo espacio al que pasea al perro, al que viene de comprar los churros para desayunar, al que desafía el frío y pone camino al Río para correr una hora o al individuo al que la noche se le alargó más de la cuenta. Son perfiles distintos, hombres y mujeres, sin muchas cosas en común salvo que todas ellas el 21-D tienen una cita con las urnas.
Esa circunstancia nos ocupa a estar en las calles de Santa Coloma con el objetivo de ganar las elecciones. Nos jugamos tanto que todos los voluntarios del equipo naranja no dudan en sacrificar el domingo para hacer Presidenta a Inés Arrimadas. Sin embargo, el día plomizo, ventoso y frío no termina de ayudar. Poca gente en una de las arterias principales de la ciudad, y hasta cierto punto se hace comprensible pues la frialdad del día no acompaña. Aunque el viento es mal compañero de viaje para el reparto de flyers, lo cierto es que conseguimos estar hasta el final de la hora prevista. Será que verdad eso que dicen que: A quien madruga….