EL 27-S VOTARÉ POR NUESTRA DIGNIDAD

RTEmagicC_bDIMAS_GRAGERA_VELAZ__C__s_.jpg En estos días convulsos mi mente no deja de recordar mi infancia, mi pasado. Un pasado que  me lleva a la Santa Coloma de los años 80 donde me tocó crecer.

De familia humilde, de orígenes extremeños, me tocó compartir los primeros años de mi  existencia con compañeros que, al igual que yo y que nuestros padres, nunca preguntamos a  nadie de dónde venía. Nos daba igual si nuestros compañeros de colegio se apellidaban  García, Suárez o Castells. Juntos empezamos a labrarnos un porvenir en una Cataluña  próspera que era motor de una España que despertaba tras años de oscuridad.

Al llegar septiembre nos contábamos que habíamos hecho y donde habíamos pasado las  vacaciones y a todos nos brillaban igual los ojos, sin importar si habíamos veraneado en La  Alpujarra , Las Hurdes o l´Empordà.

Las broncas de nuestras vecinas tenían acento andaluz y nuestros maestros nos recriminaban  en catalán, y ambos rapapolvos tenían sobre nosotros el mismo efecto.

Nuestras madres decían orgullosas cuando les preguntaban si hablaban catalán: “no lo hablo bien pero lo entiendo todo y cada vez lo hablo más, pero mis hijos lo hablan sin problemas”

Crecimos viendo símbolos de unión entre pueblos, como la caída del muro de Berlín o la construcción del proyecto de Unión Europea, y compartimos el orgullo de haber celebrado en nuestra tierra las “mejores olimpiadas de la historia”, en que todos celebrábamos sin fisuras los éxitos del deporte español en aquellos días de Agosto de 1992.

Muchos enterramos a nuestros abuelos a 1.000 km de su tierra de nacimiento. Abuelos que nos dejaron, orgullosos de haber vivido más de la mitad de su vida en Cataluña.

Tuvimos la oportunidad de trabajar, estudiar, ir a la universidad (muchos fuimos la primera generación de su familia que lo pudo hacer) y conseguimos todo esto porque no perdíamos el tiempo cuestionando de dónde veníamos o lo que éramos. Lo conseguimos porque lo que nos importaba era hacia dónde nos dirigíamos juntos.

En nuestros días, nos hemos dado cuenta que nuestro país no funciona todo lo bien que quisiéramos. Tenemos la obligación como ciudadanos de movilizarnos y cambiar las cosas, y tenemos un modelo donde mirarnos: esos casi 30 años que hemos vivido desde los años 80 hasta principios de este siglo donde conseguimos crecer y mejorar juntos.

La única solución es la unidad, la estabilidad de la sociedad civil, la confianza en crear un nuevo proyecto común atractivo para todos.

Algunos oportunistas obvian este razonamiento y aprovechan la situación para manipular y dividir a un pueblo que ha dado un ejemplo de convivencia durante muchos años. En lugar de arrimar el hombro para solucionar problemas comunes quieren crearnos uno particular a los catalanes.

Estoy seguro que muchos os sentís identificados con estas líneas, quizás cambiando “Santa Coloma” por “Hospitalet” o “Cornellà”, y “orígenes extremeños” por “andaluces” o “gallegos” y quizás otros mencionaríais “Cardona” o “Vic” y cambiaríais “extremeños” por “catalanes” (porque con muchos de estos también hemos crecido juntos). A todos vosotros os pido que este domingo hagáis un gesto en defensa de la dignidad de todos aquellos que quizás hoy no pueden votar, pero lucharon en aquellos años junto a nosotros por darnos un porvenir.

El domingo 27 de Septiembre nos toca salir a votar a todos, por el camino que hemos recorrido juntos y por el que nos queda por recorrer, aunque ahora haya una piedra en el camino que debamos apartar.

Decía Otto von Bismark que España era una nación indestructible, tanto que ni los propios españoles habían conseguido romper. Hagamos caso de la cita y consigamos este domingo que Artur Mas y su banda del 3% le den la razón al señor von Bismark.

¡Nos vemos en las urnas!

Dimas Gragera, Portavoz Grupo Municipal de C’s Santa Coloma